Eneida Por Publio Virgilio Marón

By: Marón, Publio Virgilio, 70 a.C. - 19 a.C [Autor(a)]
Material type: TextTextLanguage: Spanish Series: Historia universal de la literatura No. 46Publisher: Bogotá Oveja negra 1983Description: 302 páginas 19 cmContent type: texto Media type: no mediado Carrier type: volumenISBN: 84-8280-146-5Subject(s): Novela | Novela épica | Novela latina | Guerras | LiteraturaDDC classification: 873 Abstract: Virgilio comienza La Eneida con una invocación a la musa de la poesía, donde señala el tema de su obra y pide la ayuda divina para inspirarse. Adelantan la función decisiva que tuvo Eneas en la fundación de Roma y la influencia de los dioses en el éxito de su misión, Debido a una profecía que decía que de los troyanos nacería una raza que destruiría Cartago y dominaría al mundo entero, Juno pide a Eolo (rey de los vientos), que hunda las naves en las que viajaban Eneas y sus seguidores, con una fuerte tempestad. Al enterarse Neptuno (dios del mar), hace que las aguas y los mares se calmen, pudiendo Eneas y sus seguidores alcanzar una tranquila ensenada en la costa africana. Venus le reclama a Júpiter por qué permite que su hijo sea perseguido en tal forma, y éste le dice que Eneas será bien recibido a Cartago y al mismo tiempo le revela a la diosa el futuro. Al llegar Eneas a Cartago conoce a Dido y Venus, por miedo a que le pase algo a Eneas hace que se enamoren estos dos, y Dido pide a Eneas que le narre la caída de Troya y sus andanzas durante los siete años que ha vivido errante por tierras y mares. Eneas se lo narra, expresando el amor que siente por su padre Anquises. Su esposa y su hijo le cuentan que fueron atacados por las arpías y los cíclopes, y la muerte de su padre en Drépamo. Al darse cuenta Júpiter del amor que sienten estos dos, manda a Mercurio para que ordene a Eneas que debe cumplir su destino y zarpar hacia Italia. Al enterarse Dido de esto y al ver que Eneas ya no está ordena que se eleve una pira para quemar todos los objeticos de su amado y sobre ella se atraviesa el corazón con la espada de Eneas, lanzando terribles imprecaciones contra Eneas y su pueblo, que tendrá como significado las cruentas luchas entre Roma y Cártago. Eneas, deseoso de ver a su padre se dirige a los infiernos, pasando por el lugar en que están "los que consumió en vida el cruel amor", Eneas reconoce a Dios y con lágrimas le ruega su perdón, pero la orgullosa reina guarda silencio y se aleja indignada. Después de mucho tiempo llega a los Campos Elíseos, lugar en el que se encuentra Anquises y éste le predice a Eneas las guerras que tendrá que librar y las victorias que obtendrá a su regreso a Italia. En la guerra Turno le da muerte a Palante y se apodera de sus despojos, ante esto se enciende la ira de Eneas y va en busca de Turno, pero éste es salvado por Juno. Ante la desaparición de Turno la guerra se calma, y éste está pensando en declarar la paz, pero al momento en el que el avance enemigo interrumpe la junta decide levantarse en armas. Eneas y Turno se enfrentan sin ayuda de las diosas y Eneas hiere a Turno, y está a punto de dejarlo con vida, pero al ver que trae puesto el cinturón de Palante, húndele la espada en el pecho, dando fin a la guerra.
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Virgilio comienza La Eneida con una invocación a la musa de la poesía, donde señala el tema de su obra y pide la ayuda divina para inspirarse.
Adelantan la función decisiva que tuvo Eneas en la fundación de Roma y la influencia de los dioses en el éxito de su misión,
Debido a una profecía que decía que de los troyanos nacería una raza que destruiría Cartago y dominaría al mundo entero, Juno pide a Eolo (rey de los vientos), que hunda las naves en las que viajaban Eneas y sus seguidores, con una fuerte tempestad.
Al enterarse Neptuno (dios del mar), hace que las aguas y los mares se calmen, pudiendo Eneas y sus seguidores alcanzar una tranquila ensenada en la costa africana.
Venus le reclama a Júpiter por qué permite que su hijo sea perseguido en tal forma, y éste le dice que Eneas será bien recibido a Cartago y al mismo tiempo le revela a la diosa el futuro.
Al llegar Eneas a Cartago conoce a Dido y Venus, por miedo a que le pase algo a Eneas hace que se enamoren estos dos, y Dido pide a Eneas que le narre la caída de Troya y sus andanzas durante los siete años que ha vivido errante por tierras y mares. Eneas se lo narra, expresando el amor que siente por su padre Anquises. Su esposa y su hijo le cuentan que fueron atacados por las arpías y los cíclopes, y la muerte de su padre en Drépamo.
Al darse cuenta Júpiter del amor que sienten estos dos, manda a Mercurio para que ordene a Eneas que debe cumplir su destino y zarpar hacia Italia.
Al enterarse Dido de esto y al ver que Eneas ya no está ordena que se eleve una pira para quemar todos los objeticos de su amado y sobre ella se atraviesa el corazón con la espada de Eneas, lanzando terribles imprecaciones contra Eneas y su pueblo, que tendrá como significado las cruentas luchas entre Roma y Cártago.
Eneas, deseoso de ver a su padre se dirige a los infiernos, pasando por el lugar en que están "los que consumió en vida el cruel amor", Eneas reconoce a Dios y con lágrimas le ruega su perdón, pero la orgullosa reina guarda silencio y se aleja indignada.
Después de mucho tiempo llega a los Campos Elíseos, lugar en el que se encuentra Anquises y éste le predice a Eneas las guerras que tendrá que librar y las victorias que obtendrá a su regreso a Italia.
En la guerra Turno le da muerte a Palante y se apodera de sus despojos, ante esto se enciende la ira de Eneas y va en busca de Turno, pero éste es salvado por Juno.
Ante la desaparición de Turno la guerra se calma, y éste está pensando en declarar la paz, pero al momento en el que el avance enemigo interrumpe la junta decide levantarse en armas.
Eneas y Turno se enfrentan sin ayuda de las diosas y Eneas hiere a Turno, y está a punto de dejarlo con vida, pero al ver que trae puesto el cinturón de Palante, húndele la espada en el pecho, dando fin a la guerra.

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